domingo, 24 de diciembre de 2006
sábado, 23 de diciembre de 2006
NIÑO DIOS
Quienquiera que seas,
detente un momento ante esa cueva.
¿Ves ese niño indefenso?
Es Dios, es el único Redentor.
Es para ti.
Si te sientes muy pecador…
Él te dice que tienes perdón.
Si estás muy desesperado…
Él te ofrece la alegría de vivir.
Si eres pobre…
piensa que Él es más pobre que tú
y que es pobre por ti.
Si crees que no hay camino para encontrar la paz…
El es el Camino.
Si crees que todo es farsa y mentira en la vida y en la sociedad…
Él es la Verdad.
Si crees que la vida no tiene sentido ni valor…
Recuerda que Él es la Vida.
Tú que te has detenido ante muchos palacios,
y tiendas, y salas de fiestas,
sin encontrar lo que buscas…
nada pierdes con intentar
comprar a ese Niño el amor, la vida y la paz.
Y Él a cambio te pide una pequeña limosna de amor.
Se quitó los rayos, se quitó la fuerza
y se quedó sólo con el amor.
Si te hacen un pequeño favor,
das las gracias.
Si el favor es muy grande,
sientes la obligación de
agradecerlo muchísimo más.
El favor que Dios te hace
volviéndose hombre por ti,
es mayor que el mar,
mayor que el cielo,
mayor que todo.
Pero dime si alguna vez le has dicho ¡gracias!,
como a los que te hacen pequeños favores.
Nadie te ha amado como Él.
Nadie te amará como Él.
Mucho ama el que mucho perdona.
El te ha perdonado lo que nadie te perdonaría.
Pedir una limosna de amor para Él,
¿es mucho pedir?
Vivir la Navidad en paz con Dios,
¿es mucho pedir?
Me atrevería a sugerirte una cosa:
Si tú, como adulto, no sabes amar a ese Niño-Dios,
deja a tus hijos que lo amen,
diles que lo amen por ti,
que disfruten la Navidad por ti.
Se quitó los rayos,
se quitó la fuerza
y se quedó sólo con el amor.
Yo me quito la careta de hipocresía,
mi coraza de pecador
y me quedo sólo con la gratitud.
Etiquetas: Celestial
viernes, 22 de diciembre de 2006
FRACASOS
Pensaba en los fracasos que al caminar por la vida he tenido, y creo que no puede haber triunfos sin fracasos y que nuestra mayor Gloria no consiste en nunca caer, sino en levantarnos cada vez que caigamos.
Veo el fracaso como un maestro, ese que me muestra mis debilidades y me indica que debo hacer para perfeccionar mis pasos y conservarme humana ayudándome a entender que soy una simple criatura.
Cuando me he mostrado orgullosa y altanera es señal que no he aprendido de mis fallas por que no las admito, en cambio cuando adquiero sabiduría e inteligencia acepto con facilidad la derrota como la lección más valiosa de mi vida.
Comprendo que el fracaso es la escuela del éxito y aprendo a diferenciar de un fracaso en la vida a diferencia de ser un fracasado, vencido que no se propone nada, ni metas, ni lucha por lo que quiere... Puede sentir que ha fallado, simplemente por que no lo ha intentado ahí esta el fracaso total, por que el éxito real esta en la lucha. Un fracaso no es el fin de la jornada sino un paso solamente un paso a lo largo del camino.
Cuando se comete un fracaso a veces se convierte en rabia contra nosotros mismos o los demás, lo sano es que esa ira sea contra ese obstaculo y convertirla en lucha constante, lo importante es la actitud y la forma de enfrentar cada problema, ver los errores como escalones y cada fracaso se convertira en bloque que dara forma a la estructura de la vida.
Etiquetas: Filosofándo
jueves, 21 de diciembre de 2006
FELIZ NAVIDAD
Si te sientes feliz en Navidad, no te extrañes. Tienes derecho y razón de ser feliz. Si en Navidad sientes deseos de hacer las paces con todo el mundo, hazlo sin dudar. Los ángeles te lo indican:
Paz a los hombres de buena voluntad. Si tienes deseos de hacer las paces con Dios en Navidad, ¿por qué esperar? Es el momento más adecuado. No todos los días sientes los mismos deseos. Es mejor pedir perdón a un Niño que a un Hombre. Mejor acudir al tribunal de la Misericordia que al de la Justicia. Si te sientes triste en Navidad, no has entendido. ¿Triste cuando Dios viene a tu encuentro lleno de amor y ternura?
Si sigues odiando en Navidad, no has comprendido. Navidad es la fiesta del Amor, del Perdón, de la Paz, por si no lo sabías. Si sigues siendo un pecador en este tiempo, la Navidad no existe para ti. La Navidad te invita a recuperar tu alma de niño, el niño inocente que fuiste alguna vez.
martes, 19 de diciembre de 2006
TU ME HAS SEDUCIDO
Hermana Glenda
Tu señor, me has seducido
y yo me deje, !me has forzado¡
Y ha sido más fuerte,
más fuerte que yo
Pero ve señor,
ahora soy motivo de risa
todo el día se burlan de mí
porque yo, me he enamorado de tí
Tu me has seducido señor
Y yo me deje seducir
Me has forzado y ha sido mas fuerte que yo
Ahora soy sólo para ti
Ya ves señor
Tu palabra ha sido humillación y sacrificios
por eso decidí no hablar más en tu nombre
ni volverte a mencionar...
Pero había en mí, como un fuego ardiente
en mi corazón, prendido a mis entrañas
y aunque ahogarlo yo quería, no podía contenerlo...
Tu me has fascinado Jesús,
Y yo me dejé enamorar
he luchado contra tí
contra todo lo que siento
pero has vencido tú.
Etiquetas: Orar Cantando
PAN DE CRISTO
El siguiente es el relato verídico de un hombre llamado Víctor. Al cabo de meses de encontrarse sin trabajo, se vio obligado a recurrir a la mendigues para sobrevivir, cosa que detestaba profundamente.
Una fría tarde de invierno se encontraba en las inmediaciones de un club privado cuando observó a un hombre y su esposa que entraban al mismo. Víctor le pedía al hombre unas monedas para poder comprarse algo de comer.
-Lo siento, amigo, pero no tengo nada de cambio -replicó éste.
La mujer, que oyó la conversación, preguntó:
-¿Qué quería ese pobre hombre? -Dinero para una comida. Dijo que tenía hambre -respondió su marido. -Lorenzo, no podemos entrar a comer una comida suntuosa que no necesitamos y ¡Dejar a un hombre hambriento aquí afuera! -¡Hoy en día hay un mendigo en cada esquina! Seguro que quiere el dinero para beber. -¡Yo tengo un poco de cambio! Le daré algo. Aunque Víctor estaba de espaldas a ellos, oyó todo lo que dijeron. Avergonzado, quería alejarse corriendo de allí, pero en ese momento; oyó la amable voz de la mujer que le decía:
-Aquí tiene unas monedas. Consígase algo de comer. Aunque la situación está difícil, no pierda las esperanzas. En alguna parte hay un empleo para usted. Espero que pronto lo encuentre. -
¡Muchas gracias, señora! Me ha dado usted ocasión de comenzar de nuevo y me ha ayudado a cobrar ánimo. Jamás olvidaré su gentileza. -Estará usted comiendo el pan de Cristo. Compártalo
-dijo ella con una cálida sonrisa dirigida más bien a un hombre y no a un mendigo.Víctor sintió como si una descarga eléctrica le recorriera el cuerpo. Encontró un lugar barato donde comer, gastó la mitad de lo que la señora le había dado y resolvía guardar lo que le sobraba para otro día. Comería el pan de Cristo dos días. Una vez más, aquella descarga eléctrica corría por su interior. ¡El pan de Cristo!
-¡Un momento! -pensó-. No puedo guardarme el pan de Cristo solamente para mí mismo. Le parecía estar escuchando el eco de un viejo himno que había aprendido en la escuela dominical. En ese momento pasó a su lado un anciano. -Quizás ese pobre anciano tenga hambre -pensó-. Tengo que compartir el pan de Cristo. -Oiga -exclamó Víctor-. ¿Le gustaría entrar y comerse una buena comida? El viejo se dio vuelta y lo miró con descreimiento. -¿Habla usted en serio, amigo? El hombre no daba crédito a su buena fortuna hasta que se sentó a una mesa cubierta con un hule y le pusieron delante un plato de guiso caliente.
Durante la cena, Víctor notó que el hombre envolvía un pedazo de pan en su servilleta de papel. -¿Está guardando un poco para mañana? -le preguntó. -No, no. Es que hay un chico que conozco por donde suelo frecuentar. La ha pasado mal últimamente y estaba llorando cuando lo dejé. Tenía hambre. Le voy a llevar el pan. El pan de Cristo. Recordó nuevamente las palabras de la mujer y tuvo la extraña sensación de que había un tercer Convidado sentado a aquella mesa. A lo lejos las campanas de una iglesia parecían entonar a sus oídos el viejo himno que le había sonado antes en la cabeza.
Los dos hombres llevaron el pan al niño hambriento, que comenzó a engullírselo. De golpe se detuvo y llamó a un perro, un perro perdido y asustado. -Aquí tienes, perrito. Te doy la mitad -dijo el niño. El pan de Cristo. Alcanzará también para el hermano cuadrúpedo. El niño había cambiado totalmente de semblante. Se puso de pie y comenzó a vender el periódico con entusiasmo. -Hasta luego -dijo Víctor al viejo-. En alguna parte hay un empleo para usted. Pronto dará con el. No desespere. ¿Sabe? -su voz se tornó en un susurró-. Esto que hemos comido es el pan de Cristo. Una señora me lo dijo cuando me dio aquellas monedas para comprarlo. El futuro nos deparará algo bueno! Al alejarse el viejo, Víctor se dio vuelta y se encontró con el perro que le olfateaba la pierna. Se agachó para acariciarlo y descubrió que tenía un collar que llevaba grabado el nombre del dueño.
Víctor recorrió el largo camino hasta la casa del dueño del perro y llamó a la puerta. Al salir éste y ver que había encontrado a su perro, se puso contentísimo. De golpe la expresión de su rostro se tornó seria. Estaba por reprocharle a Víctor que seguramente había robado el perro para cobrar la recompensa, pero no lo hizo. Víctor ostentaba un cierto aire de dignidad que lo detuvo. En cambio dijo: -En el periódico vespertino de ayer ofrecí una recompensa. ¡Aquí tiene! Víctor miró el billete medio aturdido. -No puedo aceptarlo -dijo quedamente-. Solo quería hacerle un bien al perro. -Téngalo! Para mi lo que usted hizo vale mucho más que eso. Le interesará un empleo? Venga a mi oficina mañana. Me hace mucha falta una persona íntegra como usted. Al volver a emprender Víctor la caminata por la avenida, aquel viejo himno que recordaba de su niñez volvió a sonarle en el al ma.
Se titulaba "Parte el Pan de Vida"..."NO OS CANSEIS DE DAR, PERO NO DEIS LAS SOBRAS, DAD HASTA SENTIRLO, HASTA QUE DUELA". QUE EL SEÑOR NOS CONCEDA LA GRACIA DE TOMAR NUESTRA CRUZ Y SEGUIRLO, AUNQUE DUELA. AHORA, SI LO DESEAS, COMPARTE ESTO CON LOS DEMAS, "EL PAN DE CRISTO".....YO YA LO HICE. ESPERO QUE SIRVA DE ALGO EN TU VIDA... QUE DIOS LOS BENDIGA SIEMPRE...!!!
Una fría tarde de invierno se encontraba en las inmediaciones de un club privado cuando observó a un hombre y su esposa que entraban al mismo. Víctor le pedía al hombre unas monedas para poder comprarse algo de comer.
-Lo siento, amigo, pero no tengo nada de cambio -replicó éste.
La mujer, que oyó la conversación, preguntó:
-¿Qué quería ese pobre hombre? -Dinero para una comida. Dijo que tenía hambre -respondió su marido. -Lorenzo, no podemos entrar a comer una comida suntuosa que no necesitamos y ¡Dejar a un hombre hambriento aquí afuera! -¡Hoy en día hay un mendigo en cada esquina! Seguro que quiere el dinero para beber. -¡Yo tengo un poco de cambio! Le daré algo. Aunque Víctor estaba de espaldas a ellos, oyó todo lo que dijeron. Avergonzado, quería alejarse corriendo de allí, pero en ese momento; oyó la amable voz de la mujer que le decía:
-Aquí tiene unas monedas. Consígase algo de comer. Aunque la situación está difícil, no pierda las esperanzas. En alguna parte hay un empleo para usted. Espero que pronto lo encuentre. -
¡Muchas gracias, señora! Me ha dado usted ocasión de comenzar de nuevo y me ha ayudado a cobrar ánimo. Jamás olvidaré su gentileza. -Estará usted comiendo el pan de Cristo. Compártalo
-dijo ella con una cálida sonrisa dirigida más bien a un hombre y no a un mendigo.Víctor sintió como si una descarga eléctrica le recorriera el cuerpo. Encontró un lugar barato donde comer, gastó la mitad de lo que la señora le había dado y resolvía guardar lo que le sobraba para otro día. Comería el pan de Cristo dos días. Una vez más, aquella descarga eléctrica corría por su interior. ¡El pan de Cristo!
-¡Un momento! -pensó-. No puedo guardarme el pan de Cristo solamente para mí mismo. Le parecía estar escuchando el eco de un viejo himno que había aprendido en la escuela dominical. En ese momento pasó a su lado un anciano. -Quizás ese pobre anciano tenga hambre -pensó-. Tengo que compartir el pan de Cristo. -Oiga -exclamó Víctor-. ¿Le gustaría entrar y comerse una buena comida? El viejo se dio vuelta y lo miró con descreimiento. -¿Habla usted en serio, amigo? El hombre no daba crédito a su buena fortuna hasta que se sentó a una mesa cubierta con un hule y le pusieron delante un plato de guiso caliente.
Durante la cena, Víctor notó que el hombre envolvía un pedazo de pan en su servilleta de papel. -¿Está guardando un poco para mañana? -le preguntó. -No, no. Es que hay un chico que conozco por donde suelo frecuentar. La ha pasado mal últimamente y estaba llorando cuando lo dejé. Tenía hambre. Le voy a llevar el pan. El pan de Cristo. Recordó nuevamente las palabras de la mujer y tuvo la extraña sensación de que había un tercer Convidado sentado a aquella mesa. A lo lejos las campanas de una iglesia parecían entonar a sus oídos el viejo himno que le había sonado antes en la cabeza.
Los dos hombres llevaron el pan al niño hambriento, que comenzó a engullírselo. De golpe se detuvo y llamó a un perro, un perro perdido y asustado. -Aquí tienes, perrito. Te doy la mitad -dijo el niño. El pan de Cristo. Alcanzará también para el hermano cuadrúpedo. El niño había cambiado totalmente de semblante. Se puso de pie y comenzó a vender el periódico con entusiasmo. -Hasta luego -dijo Víctor al viejo-. En alguna parte hay un empleo para usted. Pronto dará con el. No desespere. ¿Sabe? -su voz se tornó en un susurró-. Esto que hemos comido es el pan de Cristo. Una señora me lo dijo cuando me dio aquellas monedas para comprarlo. El futuro nos deparará algo bueno! Al alejarse el viejo, Víctor se dio vuelta y se encontró con el perro que le olfateaba la pierna. Se agachó para acariciarlo y descubrió que tenía un collar que llevaba grabado el nombre del dueño.
Víctor recorrió el largo camino hasta la casa del dueño del perro y llamó a la puerta. Al salir éste y ver que había encontrado a su perro, se puso contentísimo. De golpe la expresión de su rostro se tornó seria. Estaba por reprocharle a Víctor que seguramente había robado el perro para cobrar la recompensa, pero no lo hizo. Víctor ostentaba un cierto aire de dignidad que lo detuvo. En cambio dijo: -En el periódico vespertino de ayer ofrecí una recompensa. ¡Aquí tiene! Víctor miró el billete medio aturdido. -No puedo aceptarlo -dijo quedamente-. Solo quería hacerle un bien al perro. -Téngalo! Para mi lo que usted hizo vale mucho más que eso. Le interesará un empleo? Venga a mi oficina mañana. Me hace mucha falta una persona íntegra como usted. Al volver a emprender Víctor la caminata por la avenida, aquel viejo himno que recordaba de su niñez volvió a sonarle en el al ma.
Se titulaba "Parte el Pan de Vida"..."NO OS CANSEIS DE DAR, PERO NO DEIS LAS SOBRAS, DAD HASTA SENTIRLO, HASTA QUE DUELA". QUE EL SEÑOR NOS CONCEDA LA GRACIA DE TOMAR NUESTRA CRUZ Y SEGUIRLO, AUNQUE DUELA. AHORA, SI LO DESEAS, COMPARTE ESTO CON LOS DEMAS, "EL PAN DE CRISTO".....YO YA LO HICE. ESPERO QUE SIRVA DE ALGO EN TU VIDA... QUE DIOS LOS BENDIGA SIEMPRE...!!!
Oración por las Finanzas
Señor Jesús:"Te amo mucho, te necesito para siempre, estás en lo más profundo de mi corazón, bendice con tus néctares corporales, a mi familia, mi casa, mi hogar, mi empleo, mis finanzas, mis sueños, mis proyectos y a mis amigos".
lunes, 18 de diciembre de 2006
PECADO
Cuando uno vende el alma al diablo,
es muy dificil recuperarla,
simplemente porque el diablo no negocia, estafa.
No libera almas desinteresadamente,
solo se alimenta de ellas o las transforma
las percude de pecado.
Etiquetas: Filosofándo
EL ANGEL ANUNCIÓ A JOSÉ
Mateo 1, 18-24
La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros». Despertado José del sueño, hizo como el Angel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer.
Reflexión:
Si nos ponemos en su lugar, ¡no era para menos! Mientras María sufría en silencio, el bueno de José se debatía en medio de tremendas dudas. ¡Y pensar que él pudo haber denunciado a María por adúltera! ¡Y pensar que ella no tenía manera de probar lo sucedido! Todo forma parte del misterio que se hace historia humana, historia de Amor. Los actores de cualquier obra teatral o de cine estudian concienzudamente sus diversos papeles, los ensayan una y otra vez, los ejecutan en privado y en público, hasta que los dominan totalmente. La improvisación en este ámbito es preludio de fracaso. No es así cuando Dios decide servirse de los hombres y por amor los elige. María y José son capaces de seguir las inspiraciones y la voluntad de Dios, aunque nadie les ha pasado de antemano sus “papeles”. Dios irrumpe en sus vidas y las “trastorna”. No obliga, seduce. Suscita el amor del hombre y entonces lo lleva por donde no hubiera soñado jamás... Cuando alguien se deja guiar por Dios, debe improvisar, y a pesar de la oscuridad de la fe, al final siempre brilla la luz. La actitud correcta es entonces el abandono en su voluntad. María y José escriben una historia de amor única e irrepetible porque ambos se fían de Dios. A nosotros nos invitan a confiar más en su gracia que en nuestras cualidades, más en sus planes que en los propios. No hay mejor intérprete que aquel que deja que Dios haga la parte que en su vida tiene asignada ¡que no es poca! Cuando nos empeñamos en caminar dejando de lado su voz y preferimos no saber lo que Él quiere, sin darnos cuenta nos quedamos sin el “apuntador”, sin aquel que sabe en cada momento lo que mejor nos conviene y desea dárnoslo a conocer. Confiemos más y más en el Señor. Digamos con Pedro aquella bella oración: “Señor, a quién iremos, sólo tú tienes palabras de vida eterna”.
Etiquetas: Celestial
martes, 12 de diciembre de 2006
Buenos días Paloma Blanca
Que linda esta la mañana
Y el aroma de las flores
Despidiendo sus olores
antes de romper el alba
Virgencita Milagrosa
Yo te doy el alma mía
Y te canto en este día
Antes de romper el alba
Eres Madre inmaculada
Eres hermoso Lucero
Eres todo el Cielo entero
Antes de romper el alba.
Etiquetas: Celestial
sábado, 9 de diciembre de 2006
AYÚDAME
Padre, padre bueno
busco tu ayuda y protección
dime que es mejor que puedo
hacer, médico del alma tengo sed.
Tengo miedo, sangra el corazón
vuelan dudas, me abraza el dolor.
Ayúdame, que confusa está mi vida
ayúdame, solo quiero la salida
ayúdame, que las fuerzas se me acaban
necesito me ilumines
necesito tus palabras...
Ayúdame, que me llueve y me graniza
Ayúdame, que un tornado me hace trizas
Ayúdame, que no pienso y mi alma grita¡
Quiero salir de aquí...
!Ayúdame, escuchame, Uh Uh ayúdame.
Padre, padre bueno toma el timón
toma mi vida, hay mil caminos que recorrer
me llego la noche no puedo ver.
Zeny Orduña
busco tu ayuda y protección
dime que es mejor que puedo
hacer, médico del alma tengo sed.
Tengo miedo, sangra el corazón
vuelan dudas, me abraza el dolor.
Ayúdame, que confusa está mi vida
ayúdame, solo quiero la salida
ayúdame, que las fuerzas se me acaban
necesito me ilumines
necesito tus palabras...
Ayúdame, que me llueve y me graniza
Ayúdame, que un tornado me hace trizas
Ayúdame, que no pienso y mi alma grita¡
Quiero salir de aquí...
!Ayúdame, escuchame, Uh Uh ayúdame.
Padre, padre bueno toma el timón
toma mi vida, hay mil caminos que recorrer
me llego la noche no puedo ver.
Zeny Orduña
Etiquetas: Orar Cantando
Jesús en Tí Confío
"Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá" (Diario,48)
"A través de esta imagen concederé muchas gracias a las almas" (Diario,742)
"Los dos rayos significan la Sangre y el Agua.
El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas...
Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza. Estos rayos protegen a las almas de la indignación de Mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios" (Diario,299)
"De todas Mis llagas, como de arroyos, fluye la misericordia para las almas, pero la herida de Mi Corazón es la Fuente de la Misericordia sin límites, de esta fuente brotan todas las gracias para las almas" (Diario,1190)
Etiquetas: Misericordia